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lunes, 21 de noviembre de 2011

El regreso del hijo pródigo

Acerca del Libro:
Henri Nouwen escribió este libro basado en la contemplación del cuadro del famoso pintor Rembrandt, que lleva el mismo nombre. 
Este cuadro ha sido conservado en el Museo Hermitage de San PetersburgoEl autor toma esta pintura como propia y a través de ella despliega una historia que quiso contar “a los hombres y mujeres de Dios”. 


Acerca del autor:
Henri Nouwen es considerado uno de los escritores de espiritualidad más destacado de nuestro tiempo. Su mensaje espiritual, centrado en el amor incondicional del Padre por cada uno de sus hijos, baña todos sus escritos.
Nació en los Países Bajos, se ordenó sacerdote, enseñó en universidades norteamericanas, y posteriormente se trasladó a una comunidad en Toronto, Canadá. Escribió más de 20 libros, y falleció en 1996.




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Reseña:

Por Terry Akers
Henri Nouwen (1932-1996), un sacerdote católico holandés, psicólogo, profesor y autor de más de 20 libros, fue muy amado y recibido ampliamente por igual tanto en círculos eclesiásticos como seculares.
Fue mejor conocido entre los pastores protestantes por El Sanador Herido, una teología de servicio que expresa el tema de vivir nuestro quebrantamiento bajo la bendición de Dios. Sus escritos y conferencias inspiraron a millones con el mensaje de Cristo sobre el amor y la esperanza incondicionales, enfatizando nuestras heridas en común y cómo nuestros sufrimientos pueden servir como una fuente de fortaleza y sanidad de unos a otros.
Nouwen invitaba a los creyentes a entrar a una relación profunda e interna con Jesucristo donde la sanidad interna y el deshacerse del equipaje psicológico y emocional vienen a ser verdaderas posibilidades.
Cierta vez él observó que muchas personas no piensan que son amadas o protegidas. Cuando viene el sufrimiento, ellas lo ven como una afirmación de su inutilidad. Él entonces ofreció la paz de Cristo mediante el aprender a vivir nuestro quebrantamiento bajo la bendición de Dios, o en una nueva creación, en oposición a permanecer mayormente en la miseria de la maldición.
Él enseñó que toma una enorme energía mantenerse diciendo “no” a los poderes del mundo. Nuestra esperanza descansa en encontrar algo tan real y atractivo, que podamos dedicar todas nuestras energías a decirle “sí”. Ese “algo” es el hecho de que somos amados por Dios, incluso en nuestro quebrantamiento.
En El Regreso del Hijo Pródigo: Un Relato Sobre Regresar al Hogar, Nouwen desarrolla un encuentro casual con una pintura de Rembrandt que tiene el mismo título, en una odisea espiritual personal. Inspirado por la pintura, él hábilmente diseca cada sección del poderoso drama del evangelio a la luz de la propia jornada de su vida.
De la cubierta posterior: “Los temas sobre el regreso al hogar, la afirmación y la reconciliación serán descubiertos nuevamente por todos los que hayan conocido la soledad, el abatimiento, los celos o el enojo”. La Nueva Revista Oxford dice, “El Regreso del Hijo Pródigo es un libro bello, tan bello en la claridad simple de su sabiduría como en la belleza terrible de la transformación a la cual nos llama”.
Tomando de sus años de experiencia y penetración pastorales, Nouwen reflexiona apasionadamente sobre su propia jornada espiritual al venir a estar “más y más consciente de qué tanto tiempo he desempeñado el papel de observador”. Durante años él había tratado de conseguir que los estudiantes y los feligreses vieran la importancia de vivir en realidad la vida espiritual, pero “¿me había realmente atrevido alguna vez, yo mismo, a ubicarme en el centro, arrodillarme y permitirme ser sustentado por un Dios perdonador?”
Mientras la pintura tomaba una resonancia personal, él empezó a ver en ella el corazón del relato que Dios quería contarle. El Hijo Pródigo se convirtió, para Nouwen, en una ventana misteriosa que ponía al descubierto el reino de Dios en una forma íntima. Ahora, él era capaz de ver el mundo caído mediante los ojos del amor redentor de Dios. Ésta introspección, mientras él consideraba el cuadro de Rembrandt, eventualmente lo condujo a vivir con, y a ministrar a, los mentalmente incapacitados.
En el prólogo, Nouwen relata: Cada pequeño paso hacia el centro parecía como una demanda imposible, una demanda que me requería: dejar ir una vez más el querer estar en control, abandonar una vez más el deseo de predecir la vida, morir una vez más al temor de no saber a dónde nos llevará todo y rendirse una vez más al amor que no conoce límites… nunca sería capaz de vivir el gran mandamiento, de amar sin permitirme ser amado sin condiciones o prerrequisitos.
Aquí yace la esencia del evangelio: ¡Dios está a nuestro favor! El evangelio nos confronta con el hecho de que… “verdaderamente aceptar el amor, el perdón y la sanidad es a menudo mucho más difícil que darlo. Es un lugar más allá de la ganancia, el mérito y la recompensa. Es el lugar de la rendición y la confianza completa”.
El Regreso del Hijo Pródigo expresa la jornada personal de Nouwen “regresando al hogar”, que respondió a la pregunta de toda su vida sobre su identidad. Descubrió que él es aquel que Jesús ama incondicionalmente. Su libro lleva el mensaje esperanzador de que el amor sanador de Dios por nosotros siempre está disponible—todo lo que tenemos que hacer es recibirlo—en oración creyente.

(reseña tomada de http://comuniondegracia.org/articulos/elregresodel.htm )